La innovación en el cultivo de remolacha

Para la ensalada, azúcar o alimento del ganado. Si queremos agregarle un rojo intenso a la ensalada, seguramente pensamos en remolacha. Cruda o cocida, le da color y nutrientes a nuestros platos. Sin embargo, desconocemos bastante sobre otros usos de esta noble especie. De ella se puede extraer azúcar, de manera similar a la caña, y también es un forraje altamente nutritivo para alimentar al ganado bovino.

Múltiples usos de la remolacha

La remolacha que conocemos tiene como nombre de nacimiento Beta vulgaris y, aunque no lo creas, es hermana de la acelga. Ambas especies derivan de la misma planta, la acelga marina, que crece naturalmente en la zona sur del Mediterráneo y norte de África. Es un cultivo bienal. Durante el primer año produce hojas y una gran raíz donde almacena carbohidratos y, si la planta no se cosecha, durante el segundo año los nutrientes acumulados en la raíz se usan para producir flores y semillas. Existen variedades de mesa, azucareras y forrajeras.

Las remolachas de mesa pueden ser alargadas o globosas, pero se caracterizan por su color rojo intenso derivado de un pigmento llamado antocianina (usado en la industria alimenticia como colorante). Las remolachas forrajeras tienen raíces grandes con alto contenido de energía y son ideales para la alimentación del ganado bovino. La remolacha azucarera, es el producto más reciente del fitomejoramiento de la especie y, como su nombre lo indica, acumula hasta el 75% de sacarosa en las raíces; la cual es extraída y procesada de manera similar a la caña de azúcar.

El arduo trabajo del fitomejoramiento

Desde el siglo XIX, la remolacha ha sido sometida al fitomejoramiento con el objetivo de desarrollar variedades con alto contenido de sacarosa en sus raíces, obtener semillas monogermen o androesterilidad para facilitar la producción de híbridos.

Una búsqueda que comenzó en Rusia y terminó en Estados Unidos

Las flores de remolacha producen una especie de bola (llamada glomérulo) que contiene entre dos y cinco semillas. Cuando estas se siembran, nacen varias plántulas en el mismo lugar que deben ser “raleadas” para aprovechar al máximo la humedad del suelo. Este trabajo se realiza manualmente y demanda alrededor de 100 horas hombre/ha.

Los mejoradores rusos Savitsky y Bordonos, detectaron plantas con una mutación natural que producía una sola semilla por bola (semilla monogermen); sin embargo, su trabajo se vio interrumpido por la guerra. Cuando Savitsky emigró a EE.UU. continuó las investigaciones que había comenzado en Rusia y para la década del 50 había logrado introducir la característica en las variedades cultivadas.

En la actualidad, se considera que este es uno de los mayores logros del fitomejoramiento de remolacha y debido a ello, la Sociedad Americana de Tecnologistas de Remolacha Azucarera (AASBT, por sus siglas en inglés) otorga el premio “Savitsky Memorial” para homenajear al fitomejorador y su esposa Helen, una citogenetista que colaboró estrechamente con él para caracterizar las semillas monogermen.

 

¿Sabías qué?

- En un kg de semillas de remolacha hay 100 mil semillas, cantidad suficiente para sembrar más de una hectárea.

- Savitsky y Bordonos tuvieron que examinar 22 millones de plantas para encontrar aproximadamente 100 con la mutación que produce semilla monogermen.

- En EE.UU., Savitsky revisó 300 mil plantas para encontrar cinco monogermen. Dos de ellas dieron origen a las primeras variedades monogermen sembradas por los agricultores (SLC 101 y SLC 107).

- La semilla de SLC 101 fue la base para la introducción del carácter monogermen en todas las variedades de remolacha del mundo.

 

Cuando interesa que el macho sea estéril

Los híbridos son el resultado del cruzamiento de plantas con características muy diferentes entre sí y que, al combinarlas, dan una descendencia (hijos) más productivos, vigorosos y sanos que los padres. Cuando se trabaja con una especie hermafrodita (órganos masculinos y femeninos presentes en la misma flor) como la remolacha, es muy difícil realizar estos cruzamientos y por ello se buscan plantas con androesterilidad. Esta condición es la incapacidad de producir polen y por eso facilita los cruzamientos y la obtención de semilla híbrida, usando las plantas androestériles como “madres”. En nuestro país hay 30 variedades comerciales de remolacha, la mayoría de las cuales son híbridas.


Las capas no son solo para los súper héroes

No solo por el fitomejoramiento ha aumentado la producción de los cultivos, sino también por el advenimiento de diferentes tecnologías que protegen las semillas y les dan ventaja para competir con las malezas y las plagas.

Las semillas de remolacha adquieren alguno de sus “superpoderes” gracias a un tratamiento que las recubre con una capa de ciertos elementos (micronutrientes, microorganismos simbióticos y promotores de la germinación, entre otros) que le permiten mejorar la germinación y las protegen de plagas y enfermedades. Una de estas tecnologías, patentada en varios países, es la llamada de activación. Provee una germinación más rápida, permitiéndole a la plántula conservar parte de sus reservas y usarlas para cubrir rápidamente el suelo con plantas del cultivo para aprovechar al máximo la luz y la humedad y competir eficientemente con las malezas. Propicia también, un nacimiento parejo de plantas, lo que asegura uniformidad en la madurez y la posibilidad de cosechar todo el lote al mismo tiempo.


Me encanta cuando un plan se realiza

Todos recordamos la famosa frase de Hannibal Smith, el líder de Brigada A. Esta puede aplicarse perfectamente a la producción de semilla de remolacha, porque las variedades que actualmente siembran los productores han recorrido un largo camino y son fruto de algunos de los más exitosos trabajos de investigación y desarrollo de tecnologías agrícolas.

 


Foto de portada: Heather Gill | Unsplash
Foto interna: Natalia Fogarty | Unsplash